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Writer's pictureDan Potter

Marcos 14 ~ Mark 14

Palabras de Vida ~ Escritura Diaria para la Vida Diaria


Una mujer unge a Jesús en Betania

Faltaban solo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban con artimañas cómo arrestar a Jesús para matarlo. 2 Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo».

3 En Betania, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Simón llamado el Leproso, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

4 Algunos de los presentes comentaban indignados:

—¿Para qué este desperdicio de perfume? 5 Podía haberse vendido por muchísimo dinero para darlo a los pobres.

Y la reprendían con severidad.

6 —Déjenla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo. 7 A los pobres siempre los tendrán con ustedes, y podrán ayudarlos cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre. 8 Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura. 9 Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

10 Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Ellos se alegraron al oírlo, y prometieron darle dinero. Así que él buscaba la ocasión propicia para entregarlo.


La Cena del Señor

12 El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando se acostumbraba sacrificar el cordero de la Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús:

—¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas la Pascua?

13 Él envió a dos de sus discípulos con este encargo:

—Vayan a la ciudad y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, 14 y allí donde entre díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la sala en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos?” 15 Él les mostrará en la planta alta una sala amplia, amueblada y arreglada. Preparen allí nuestra cena.

16 Los discípulos salieron, entraron en la ciudad y encontraron todo tal y como les había dicho Jesús. Así que prepararon la Pascua.

17 Al anochecer llegó Jesús con los doce. 18 Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo:

—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

19 Ellos se pusieron tristes, y uno tras otro empezaron a preguntarle:

—¿Acaso seré yo?

20 —Es uno de los doce —contestó—, uno que moja el pan conmigo en el plato. 21 A la verdad, el Hijo del hombre se irá tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

22 Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos, diciéndoles:

—Tomen; esto es mi cuerpo.

23 Después tomó una copa, dio gracias y se la dio a ellos, y todos bebieron de ella.

24 —Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos —les dijo—. 25 Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

26 Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.


Jesús predice la negación de Pedro

27 —Todos ustedes me abandonarán —les dijo Jesús—, porque está escrito:

»“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas”.

28 Pero, después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea».

29 —Aunque todos te abandonen, yo no —declaró Pedro.

30 —Te aseguro —le contestó Jesús— que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez,[d] me negarás tres veces.

31 —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro con vehemencia—, jamás te negaré.

Y los demás dijeron lo mismo.


Getsemaní

32 Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro». 33 Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza. 34 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen».

35 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. 36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

37 Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. «Simón —le dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora? 38 Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo[f] es débil».

39 Una vez más se retiró e hizo la misma oración. 40 Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle. 41 Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»


Arresto de Jesús

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando de repente llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.

44 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ese es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado». 45 Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús.

—¡Rabí! —le dijo, y lo besó.

46 Entonces los hombres prendieron a Jesús. 47 Pero uno de los que estaban ahí desenfundó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.

48 —¿Acaso soy un bandido —dijo Jesús—, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? 49 Día tras día estaba con ustedes, enseñando en el templo, y no me prendieron. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras.

50 Entonces todos lo abandonaron y huyeron. 51 Cierto joven que se cubría con solo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron, 52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.


Jesús ante el Consejo

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote y se reunieron allí todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias, y se calentaba junto al fuego.

55 Los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban alguna prueba contra Jesús para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. 56 Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaraciones no coincidían. 57 Entonces unos decidieron dar este falso testimonio contra él:

58 —Nosotros le oímos decir: “Destruiré este templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres”.

59 Pero ni aun así concordaban sus declaraciones.

60 Poniéndose de pie en el medio, el sumo sacerdote interrogó a Jesús:

—¿No tienes nada que contestar? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

61 Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada.

—¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote.

62 —Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

63 —¿Para qué necesitamos más testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—. 64 ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece?

Todos ellos lo condenaron como digno de muerte. 65 Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos.

—¡Profetiza! —le gritaban.

Los guardias también le daban bofetadas.


Pedro niega a Jesús

66 Mientras Pedro estaba abajo en el patio, pasó una de las criadas del sumo sacerdote. 67 Cuando vio a Pedro calentándose, se fijó en él.

—Tú también estabas con ese nazareno, con Jesús —le dijo ella.

68 Pero él lo negó:

—No lo conozco. Ni siquiera sé de qué estás hablando.

Y salió afuera, a la entrada.

69 Cuando la criada lo vio allí, les dijo de nuevo a los presentes:

—Este es uno de ellos.

70 Él lo volvió a negar.

Poco después, los que estaban allí le dijeron a Pedro:

—Seguro que tú eres uno de ellos, pues eres galileo.

71 Él comenzó a echarse maldiciones.

—¡No conozco a ese hombre del que hablan! —les juró.

72 Al instante un gallo cantó por segunda vez. Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante por segunda vez, me negarás tres veces». Y se echó a llorar.


Marcos 14


Marcos 14 Comentario de Estudio en español:




Words of Life ~ Daily Scripture for Daily Life


Jesus Anointed at Bethany

Now the Passover and the Festival of Unleavened Bread were only two days away, and the chief priests and the teachers of the law were scheming to arrest Jesus secretly and kill him. 2 “But not during the festival,” they said, “or the people may riot.”

3 While he was in Bethany, reclining at the table in the home of Simon the Leper, a woman came with an alabaster jar of very expensive perfume, made of pure nard. She broke the jar and poured the perfume on his head.

4 Some of those present were saying indignantly to one another, “Why this waste of perfume? 5 It could have been sold for more than a year’s wages and the money given to the poor.” And they rebuked her harshly.

6 “Leave her alone,” said Jesus. “Why are you bothering her? She has done a beautiful thing to me. 7 The poor you will always have with you, and you can help them any time you want. But you will not always have me. 8 She did what she could. She poured perfume on my body beforehand to prepare for my burial. 9 Truly I tell you, wherever the gospel is preached throughout the world, what she has done will also be told, in memory of her.”

10 Then Judas Iscariot, one of the Twelve, went to the chief priests to betray Jesus to them. 11 They were delighted to hear this and promised to give him money. So he watched for an opportunity to hand him over.


The Last Supper

12 On the first day of the Festival of Unleavened Bread, when it was customary to sacrifice the Passover lamb, Jesus’ disciples asked him, “Where do you want us to go and make preparations for you to eat the Passover?”

13 So he sent two of his disciples, telling them, “Go into the city, and a man carrying a jar of water will meet you. Follow him. 14 Say to the owner of the house he enters, ‘The Teacher asks: Where is my guest room, where I may eat the Passover with my disciples?’ 15 He will show you a large room upstairs, furnished and ready. Make preparations for us there.”

16 The disciples left, went into the city and found things just as Jesus had told them. So they prepared the Passover.

17 When evening came, Jesus arrived with the Twelve. 18 While they were reclining at the table eating, he said, “Truly I tell you, one of you will betray me—one who is eating with me.”

19 They were saddened, and one by one they said to him, “Surely you don’t mean me?”

20 “It is one of the Twelve,” he replied, “one who dips bread into the bowl with me. 21 The Son of Man will go just as it is written about him. But woe to that man who betrays the Son of Man! It would be better for him if he had not been born.”

22 While they were eating, Jesus took bread, and when he had given thanks, he broke it and gave it to his disciples, saying, “Take it; this is my body.”

23 Then he took a cup, and when he had given thanks, he gave it to them, and they all drank from it.

24 “This is my blood of the covenant, which is poured out for many,” he said to them. 25 “Truly I tell you, I will not drink again from the fruit of the vine until that day when I drink it new in the kingdom of God.”

26 When they had sung a hymn, they went out to the Mount of Olives.


Jesus Predicts Peter’s Denial

27 “You will all fall away,” Jesus told them, “for it is written:

“‘I will strike the shepherd, and the sheep will be scattered.’

28 But after I have risen, I will go ahead of you into Galilee.”

29 Peter declared, “Even if all fall away, I will not.”

30 “Truly I tell you,” Jesus answered, “today—yes, tonight—before the rooster crows twice[e] you yourself will disown me three times.”

31 But Peter insisted emphatically, “Even if I have to die with you, I will never disown you.” And all the others said the same.


Gethsemane

32 They went to a place called Gethsemane, and Jesus said to his disciples, “Sit here while I pray.” 33 He took Peter, James and John along with him, and he began to be deeply distressed and troubled. 34 “My soul is overwhelmed with sorrow to the point of death,” he said to them. “Stay here and keep watch.”

35 Going a little farther, he fell to the ground and prayed that if possible the hour might pass from him. 36 “Abba, Father,” he said, “everything is possible for you. Take this cup from me. Yet not what I will, but what you will.”

37 Then he returned to his disciples and found them sleeping. “Simon,” he said to Peter, “are you asleep? Couldn’t you keep watch for one hour? 38 Watch and pray so that you will not fall into temptation. The spirit is willing, but the flesh is weak.”

39 Once more he went away and prayed the same thing. 40 When he came back, he again found them sleeping, because their eyes were heavy. They did not know what to say to him.

41 Returning the third time, he said to them, “Are you still sleeping and resting? Enough! The hour has come. Look, the Son of Man is delivered into the hands of sinners. 42 Rise! Let us go! Here comes my betrayer!”


Jesus Arrested

43 Just as he was speaking, Judas, one of the Twelve, appeared. With him was a crowd armed with swords and clubs, sent from the chief priests, the teachers of the law, and the elders.

44 Now the betrayer had arranged a signal with them: “The one I kiss is the man; arrest him and lead him away under guard.” 45 Going at once to Jesus, Judas said, “Rabbi!” and kissed him. 46 The men seized Jesus and arrested him. 47 Then one of those standing near drew his sword and struck the servant of the high priest, cutting off his ear.

48 “Am I leading a rebellion,” said Jesus, “that you have come out with swords and clubs to capture me? 49 Every day I was with you, teaching in the temple courts, and you did not arrest me. But the Scriptures must be fulfilled.” 50 Then everyone deserted him and fled.

51 A young man, wearing nothing but a linen garment, was following Jesus. When they seized him, 52 he fled naked, leaving his garment behind.


Jesus Before the Sanhedrin

53 They took Jesus to the high priest, and all the chief priests, the elders and the teachers of the law came together. 54 Peter followed him at a distance, right into the courtyard of the high priest. There he sat with the guards and warmed himself at the fire.

55 The chief priests and the whole Sanhedrin were looking for evidence against Jesus so that they could put him to death, but they did not find any. 56 Many testified falsely against him, but their statements did not agree.

57 Then some stood up and gave this false testimony against him: 58 “We heard him say, ‘I will destroy this temple made with human hands and in three days will build another, not made with hands.’” 59 Yet even then their testimony did not agree.

60 Then the high priest stood up before them and asked Jesus, “Are you not going to answer? What is this testimony that these men are bringing against you?” 61 But Jesus remained silent and gave no answer.

Again the high priest asked him, “Are you the Messiah, the Son of the Blessed One?”

62 “I am,” said Jesus. “And you will see the Son of Man sitting at the right hand of the Mighty One and coming on the clouds of heaven.”

63 The high priest tore his clothes. “Why do we need any more witnesses?” he asked. 64 “You have heard the blasphemy. What do you think?”

They all condemned him as worthy of death. 65 Then some began to spit at him; they blindfolded him, struck him with their fists, and said, “Prophesy!” And the guards took him and beat him.


Peter Disowns Jesus

66 While Peter was below in the courtyard, one of the servant girls of the high priest came by. 67 When she saw Peter warming himself, she looked closely at him.

“You also were with that Nazarene, Jesus,” she said.

68 But he denied it. “I don’t know or understand what you’re talking about,” he said, and went out into the entryway.

69 When the servant girl saw him there, she said again to those standing around, “This fellow is one of them.” 70 Again he denied it.

After a little while, those standing near said to Peter, “Surely you are one of them, for you are a Galilean.”

71 He began to call down curses, and he swore to them, “I don’t know this man you’re talking about.”

72 Immediately the rooster crowed the second time. Then Peter remembered the word Jesus had spoken to him: “Before the rooster crows twice you will disown me three times.” And he broke down and wept.


Mark 14


Mark 14 Study Commentary in english:


paz sin palabras (peace without words) La playa de Pichilingue, Baja California Sur, Mexico

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